Gorrión común
Passer domesticus
El conocido y
familiar gorrión común es, tal vez, el ave más extendida de todo el planeta y,
sin duda, una de las más exitosas. Adaptable y poco exigente en lo que al
hábitat y a la alimentación se refiere, es una especie granívora e insectívora
(en primavera y verano) aunque en muchos lugares se especializan en aprovechar
los residuos de la alimentación humana. Consume también frutos y bayas. Durante
el periodo de cría, alimentan a sus pollos con insectos. Este habitante de
pueblos, ciudades y caseríos es, sin embargo, un comensal directo del hombre y,
por tanto, depende estrechamente de nuestras actividades para sobrevivir; de
manera que cuando un pueblo es abandonado por sus habitantes humanos, los
gorriones comunes no tardan en desaparecer.
Desde principios
del siglo XX sus poblaciones han bajado drásticamente en áreas rurales y
urbanas de toda Europa por multitud de factores como la contaminación urbana,
la falta de espacio para anidar, las dificultades para encontrar comida,
enfermedades y la depredación.
De aspecto robusto,
el gorrión común posee un pico fuerte y un plumaje dominado por los tonos
pardos en el dorso —adornado con marcadas listas negras— y grisáceos en el
obispillo, el pecho y el vientre. Los machos en época reproductora presentan el
pico negro y el dorso de una tonalidad bastante rojiza, en tanto que el píleo
toma un color gris y el babero se hace más extenso y oscuro. Los caracteres
sexuales ligados al plumaje son visibles todo el año. Las hembras tienen el
píleo marrón y presentan una línea clara tras el ojo; no lucen babero y su pico
es siempre grisáceo hacia el extremo y amarillento en la base. Los jóvenes
machos, por su parte, son indistinguibles de las hembras hasta que realizan la
muda a finales de verano y adquieren los colores del adulto.
LOCALIZACIÓN: Parque de Cabecera, Jardín Botánico y Jardín de Viveros.
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